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Si has decidido visitar Cuba el próximo mes de diciembre, aquí tienes algunas curiosidades sobre la Navidad en la isla. La Navidad en Cuba es una fiesta familiar, los regalos no son tan importantes como pasar tiempo juntos.

La noche del 24 Diciembre se llama «Nochebuena» (es decir, siendo la noche en que nació Jesús se le llamó “una buena noche») y es cuando las familias comparten la cena más importante celebrando juntos.

El plato principal tradicional es el asado de cerdo (a algunas familias les gusta asar un cerdo entero) que normalmente se sirve con plátanos fritos, arroz y verduras. La carne de cerdo también se utiliza para cocinar la piel que se vuelve crujiente con el sabor y la textura más increíbles e indescriptiblemente deliciosos. Los bocaditos crujiente se llaman chicharrones. Es una de las especialidades sobresalientes de una Navidad cubana.

El postre suele ser el arroz con leche o el boniatillo de boniato, la torta de coco, el famosísimo postre de casco de guayaba y nunca falta un trozo de turrón que generalmente viene de España: ¿Yema? Alicante? ¿Jijona? ¿Mazapán? ¿Coco? Todo el mundo tiene su favorito.

En el pueblo de Remedios (cerca de Santa Clara), en Nochebuena se celebra una gran fiesta y desfile llamado «Las Parrandas».

Esta arraigada tradición nació hacia 1820 por iniciativa del sacerdote Francisco Vigil de Quiñónez, quien invitó a un grupo de niños a que lo ayudaran a despertar a los lugareños haciendo un gran ruido en las calles, para asistir a las tradicionales Misas de Navidad.

De ahí ha evolucionado la tradición de salir a la calle y hacer alboroto en Navidad y, aunque se ha desviado del sentido religioso, es una fiesta que se impone a pesar del clima; sustituyendo poco a poco los silbatos, sonajas y tarros llenos de piedras que los niños utilizaban para la música por fuegos artificiales, carrozas y muchas otras sorpresas.

Actualmente la fiesta comienza por la mañana con una romería desde el Museo Parrandas hasta el cementerio local, donde se rinde homenaje a ilustres juerguistas ya desaparecidos, durante un recorrido donde autoridades gubernamentales, profesionales, músicos y personas de todas las edades se unen para pedir simbólicamente para que los muertos los acompañen a la gran fiesta que harán la noche.

Alrededor de las 5 de la tarde comienzan a sonar las melodías de la fiesta, en la que predominan los sonidos de trompetas y paila; un sonido que se llena alrededor de las 10 de la noche cuando los barrios salen a la calle.

El silencio vuelve a las calles a la medianoche, dando la posibilidad de celebrar la Misa de Nochebuena llamada Misa del Gallo, esta expresión se debe a que los antiguos romanos indicaban el Canto del Gallo como el comienzo del día, justo a la medianoche.

Después de la misa continúa la fiesta y empezamos de nuevo a saborear el folklore de Cuba.